jueves, 6 de agosto de 2009

De qué lado están las autoridades de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora ?

El pasado sábado 1° de agosto fuimos testigos y víctimas de una vergonzosa actitud
por parte del Director de Obras y Seguridad, Arq. Carlos Martin, y el Sr. Rector
de la UNLZ, Lic. Horacio Gegunde, quienes ordenaron al cuerpo de guardia del
complejo universitario de la UNLZ no permitir el acceso de los concurrentes a la
celebración de la ceremonia de “Corpachada” –unas 50 personas- convocada este
año en el entorno de la Laguna Santa Catalina, situada justo detrás de sus
edificios. Y si tal vez, desde lo técnico, no se trate exactamente de un acto de
discriminación, originó una profunda indignación, más aún partiendo de
autoridades de una institución pública, hacia personas de los barrios adyacentes,
docentes de la misma Casa, padres de alumnos y alumnos.
Con motivo de la celebración de ofrenda que todos los años se lleva a cabo en
distintos lugares del país a la Madre Tierra (Pacha Mama), el CAA (Consejo de
Acontecimientos Aborígenes de Argentina) decidió en esta oportunidad realizar la
ceremonia citada en la orilla de la Laguna Santa Catalina, para lo cual su presidente
Wilka Amaru (Wenceslao) Villanueva, había convocado a todos los hermanos
aborígenes y no aborígenes que habitan la Ciudad de Buenos y sus alrededores, y
solicitado previamente la autorización a la Dirección de Obras de la UNLZ, además de
la cooperación de quien suscribe en primera línea al pie, docente e investigador de la
misma universidad pública, a los fines de guiar el acceso al espejo de agua amenazado.
Luego del mediodía, horario fijado para el encuentro en el acceso al complejo
universitario, el personal de guardia sorpresivamente nos informa que tenían la orden
de no dejar que el contingente acceda a las cercanías de la Laguna Santa Catalina
atravesando los terrenos del campus, es decir los playones de estacionamiento o bien
los caminos internos o el mismo pasto, con lo cual sólo restaba la alternativa de
acercarse por fuera, desde la Ruta 4 o por el costado hoy adquirido ilegalmente por una
firma privada, pero de ninguna manera atravesando el predio. Ante la insistencia de la
cacique guaraní Teodora Guarumba, confirmando que se había solicitado permiso por
fax días antes y que el mismo estaba aceptado verbalmente, los guardias se comunicaron
telefónicamente con el Sr. Rector, quien ratificó la negativa para nuestro acceso a la
Laguna, ecosistema amenazado que la misma autoridad anuncia de palabra querer
cuidar, intención que no se ve reflejada hasta el momento, y menos en esa jornada,
claro.
Esta prohibición resulta también muy llamativa, cargada de arrogancia y
omnipotencia, frente a los sucesos que ocurren en el sitio, dado que se trataba de una
ceremonia organizada por quienes habitaron estas tierras mucho antes que quienes lo
hacemos hoy, acompañados por las personas que estamos defendiendo este digno rincón
de naturaleza y lugar histórico frente a una ausencia total del Estado y otras autoridades
involucradas. Resulta claramente contradictorio este suceso desafortunado, justamente
en el mismo lugar donde de a caso, de rutina, se dictan conferencias sobre
discriminación y derechos humanos, tal como se enarbola la labor de la Facultad de
Ciencias Sociales.
La única consigna era llevar para la ofrenda algún alimento cocinado
naturalmente y/o bebidas calientes no alcohólicas. El objeto de nuestra presencia en el
lugar ni siquiera tenía el carácter de manifestación, sino de una concurrencia pacífica a
un sitio natural que está siendo defendido valientemente por quienes restan de su tiempo
y de sus ocupaciones habituales para un beneficio común, al contrario de quienes
utilizan el bien común como instrumento de beneficio particular.
Por otra parte, no podemos dejar de asociar esta actitud con la conducta
reprochable adoptada por estas autoridades universitarias –cuyos nombres y rostros son
desconocidos para la comunidad- al haber elegido a mediados del año pasado el camino
de un injusto e indignante silencio, frente a los sucesos de dominio público del año
pasado y el corriente en Santa Catalina.
Todavía no sabemos por qué la UNLZ no se sumó a las denuncias por la
violación de una ley provincial –la 8.912- con la venta a un privado de 300 has de
espacio verde y a otros reclamos;
…tampoco tenemos explicaciones oficiales de por qué el diario info-región
editado en esa institución suprimió las palabras Santa Catalina de sus ediciones desde
los primeros días de junio de 2008;
…ni por qué motivo se informaba desde ese momento entre el alumnado que
todo estaba ya solucionado en cuanto a los problemas de Santa Catalina;
…o bien las dudas que plantea la reciente participación de la Facultad de
Derecho en la compilación o digesto ambiental municipal, en el cual, sorpresivamente
se omiten todas la normas aplicables al caso Santa Catalina;
…incluso por qué estas mismas autoridades, en lugar de poner tanto empeño en
impedir nuestra circulación por el predio, no se alarman por la destrucción que hoy
mismo camiones y máquinas de una firma privada que avasalla lo que es de todos (y
todos somos los humanos, animales, plantas y agua) llevan adelante alrededor del
predio, desde de una operación ilícita ?
Pero la lista de elementos brumosos en ese sentido sería larga, y estas sí
constituyen verdaderas situaciones dignas de preocupación para toda la sociedad.
Hoy confirmamos que las autoridades de la UNLZ comparten el podio con las de
la UNLP en la apertura de las puertas al ecocidio más evidente de toda la región, y lo
grave es que sus pasos por el lugar serán insignificantes en términos de tiempo, aunque
muy graves e irreversibles en términos del ambiente y la comunidad. Llevaremos este
reclamo a quien corresponda, pero además sabemos que alguna pluma generosa se
encargará de describir con lujo de detalles a los protagonistas del capítulo más oscuro de
la historia de Santa Catalina.
Alberto A. De Magistris
Dr. Ing. Agr., Prof. Adjunto, Fac. Cs. Agrarias UNLZ
Julio C. Medina, Elena Stankiewicz, Hilda Chao, Amelia Rodríguez, Sergio Federico, Patricia
Rodriguez, Gabriela Yeras, Martín Farina, Ricardo Pirraglia, Claudia Piedrabuena, en
representación de los miles de habitantes que adhieren a la preservación de Santa Catalina y las
Lagunas de Rocha en sus superficies íntegras como Reservas Naturales Provinciales.
Santa Catalina, 5 de agosto de 2009

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